FOMO

unnamedEn inglés hay palabras para todo. O para casi todo. Algunas directamente podemos utilizarlas en nuestro idioma por lo bien que reflejan una realidad.

En inglés, FOMO es el acrónimo para Fear Of Missing Out o, lo que es lo mismo, miedo a quedarse fuera.  Esta expresión se ha puesto en boga recientemente por la influencia de las redes sociales en la vida de las personas, la cual puede llegar a ser negativa cuando a alguien le transmiten unas expectativas especialmente altas y que no se corresponden con su realidad particular.

En la oposición existe lo que a mí me gusta llamar pringaditis, que viene a significar lo mismo pero con un concepto que me hace más gracia.

El FOMO aparece cuando una persona observa la vida de los demás y la compara con la suya propia, dándose cuenta de que ésta deja mucho que desear. Con las redes sociales y la habilidad de sus usuarios de compartir todo lo que hacen en cada momento es muy habitual encontrarse con situaciones en las que parece que todo el mundo se lo está pasando mejor que tú. Ése es precisamente el problema, que siempre habrá algo que no puedas hacer (incluso cuando lo que estés haciendo te guste más). Simplemente, no podemos tenerlo todo.

Para los opositores, en mi opinión, esto va un paso más allá porque nuestra sensación de que somos unos pringados es constante.

Al respecto, me gustaría realizar algunas matizaciones. Opositar, lejos de ser un castigo, es un privilegio. Realmente es una suerte poder dedicarte a lo que te gusta y tener la posibilidad de luchar por una meta que tú has escogido. No obstante, aunque los opositores tengamos esta idea muy presente, hay momentos en los que la inestabilidad emocional te nubla las prioridades y tú, sencillamente, te sientes el mayor pringado del mundo.

La oposición es un camino largo y duro, en la que la recompensa sólo llega al final. Llega un momento en el que los opositores tienden a aislarse para evitar esa sensación de FOBO. Es una especie de «si no veo lo que hacen los demás, no me siento tan pringado». Creo que es una actitud propia de la supervivencia y que nos permite ahorrarnos sufrimientos evitables.

Para mí, las épocas en las que brota la pringaditis son en verano y en Navidad, con apariciones espontáneas algún fin de semana que te toca estudiar. Son las fechas en las que todo el mundo disfruta de lo que tú no tienes: tiempo. Dinero también, pero esto es menos importante,  puesto que se pueden hacer muchas más cosas con tiempo y sin dinero que con dinero pero sin tiempo.

Dicen que la oposición es una montaña rusa de emociones y bipolaridad. Quizás debemos aceptar simplemente que hay momentos malos y que es mejor aceptarlos que reprimirlos. No creo que sea bueno ignorar los aspectos malos de nuestras vidas porque acabaríamos sufriendo de frustración, del mismo modo que tampoco es buena idea dejarnos arrastrar por la negatividad porque acabaríamos amargándonos. Hay días en los que uno tiene que desahogarse, pensar que todo es horrible, proclamarse soberano de los pringados y, después, continuar. Porque, al final, esa es la clave de todo: seguir. La actitud no te da la plaza, pero te da fuerzas para conseguirla.

 

5 comentarios en “FOMO

  1. Aldara dijo:

    Me ha encantado esta entrada porque estoy en pleno brote de FOMO y siempre es bueno saber que no eres la única persona en el mundo con esos sentimientos. El verano es muy duro para estudiar y yo tengo mi examen de cante en octubre, así que además de estar a tope he limitado mi actividad en las redes sociales para no sentirme una megapringada.

    Me gusta

Deja un comentario